Desde sus primeros días, La Derecha se abrió paso en escenarios poco convencionales, desde el Teatro Popular de Bogotá hasta el underground bogotano. Su primer álbum, ‘La Derecha’ de 1994, fue producido por Richard Blair, a quien conocieron mientras trabajaba con Toto la Momposina. De este disco surgieron himnos como "Ay Qué Dolor", "Laguna Azul", "Sin Catalogar" y "Paraíso Congelado". Su participación en los primeros tres Rock al Parque –festival que, pocos saben, fue idea de Mario Duarte– consolidó su presencia en la escena. Compartieron tarima con bandas como Aterciopelados, Kraken y Todos Tus Muertos, y fueron teloneros de agrupaciones internacionales en la Bogotá de los noventa.
"Ay, qué dolor" se convirtió en el himno más representativo de La Derecha, una canción que encapsuló la energía y el espíritu contestatario del rock colombiano de los años noventa. Con su fusión de ritmos latinos, ska y rock, la banda logró un sonido único que se convirtió en un referente para la escena bogotana. Su impacto no solo radicó en su éxito comercial, sino en la manera en que ayudó a consolidar una identidad sonora propia para el rock en Colombia, inspirando a una nueva generación de músicos y demostrando que el rock nacional podía competir con las propuestas internacionales
Sin embargo, la historia de la banda no fue lineal. En 1996 lanzaron ‘Balas de Bebé y Otras Canciones de Cuna’, con temas como “Si Te Busco”, “Sombras” y “La Rubia Sideral”. Pero justo cuando el álbum comenzaba a despegar, la tragedia los golpeó: Carlos Esteban Olarte, conocido como “Panelo”, su percusionista y una pieza clave en su sonido, falleció en un accidente. Este golpe marcó a la banda y a toda la escena rockera del país. Un año después, en 1997, La Derecha decidió hacer una pausa indefinida. Dijeron que hasta ahí llegaban… pero solo por un tiempo.
@museodelrockcolombiano La Derecha fue una influyente banda de rock bogotana formada en 1990, reconocida por fusionar el rock alternativo con ritmos latinos y una propuesta escénica innovadora. Su álbum debut homónimo en 1994 incluyó éxitos como "Ay qué dolor" y "Tras de Ti", consolidándose como referentes del rock colombiano de los años 90. Tras una pausa, la banda se reunió en 2010, lanzando nuevos trabajos hasta su despedida en 2019. En 2024, conmemoraron 30 años de trayectoria con presentaciones especiales en Bogotá. #rockcolombiano #museodelrockcolombiano #laderecha ♬ sonido original - Museo del Rock Colombiano
En 2011, después de más de una década de silencio, la banda regresó para recordar su legado y seguir componiendo. En 2019 anunciaron su despedida con una gira que culminó con dos conciertos memorables en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán. Como cierre de su carrera, lanzaron ‘Últimas Funciones’, con dos temas inéditos y remezclas de sus primeros trabajos.
Con más de 30 años de historia, Mario Duarte, Josué Duarte y Juan Carlos ‘Chato’ Rivas celebran el impacto de La Derecha en la música colombiana. Aunque la industria ha cambiado, ellos siguen fieles a su esencia. En palabras de “El Chato”, extrañan los discos físicos y el proceso detrás de cada álbum, pero han sabido adaptarse a la era digital. La banda reconoce la importancia de festivales como Estéreo Picnic y Rock al Parque para mantener viva la esencia del rock, género que, a pesar de los cambios, sigue creando y resistiendo.
La Derecha logró consolidar un sonido propio que fusionó el rock con ritmos latinos y ska, algo que ninguna otra banda bogotana había hecho con el mismo nivel de éxito y autenticidad. Fueron pioneros en llevar el rock bogotano a escenarios internacionales sin perder su identidad local, convirtiéndose en una referencia obligada para nuevas generaciones. Además, "Ay, qué dolor" fue un fenómeno sin precedentes en la escena nacional, logrando un impacto que trascendió su tiempo y convirtiéndose en un clásico del rock colombiano.
El legado de La Derecha es innegable. Su fusión de rock con sonidos latinos, su energía en el escenario y su actitud desafiante los convirtieron en un referente del rock colombiano. Hoy, su música sigue sonando, recordándonos que, aunque el tiempo pase, algunas canciones quedan grabadas en la memoria colectiva. Porque, como dice su icónica letra: “Por mucho que yo quiera ir a Nueva York… no puedo, no puedo dejarte”.
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