Dentro de las historias del rock colombiano hay una que sale de lo común, dentro de las ediciones de Rock al Parque y su supuesta convocatoria impenetrable, una banda llegó suplantando a otra, ingresó a los camerinos, se comió todo el catering, salió a escena y solo cuando ellos decidieron decir que no eran quienes aparentaban ser, el festival se dio cuenta y apagaron la presentación, pero ya era demasiado tarde.
El siguiente es un extracto del libro “Cuando las calles eran de hierro, la historia del rock bogotano en los noventa” escrito por Felipe Szarruk y que cuenta en la voz del baterista Maurizio Reyez, cómo Teatro Pánico tocó en Rock al Parque haciéndose pasar por la banda de Tom Abella:
“Javier Quijano fue el mismo personaje que hizo el logo de Agony, así como había hecho el de La Corte, Javier era muy complicado para trabajar, era lo que él dijera y ya, no dejaba aportar casi, pero teníamos una gran amistad, con él fundamos Teatro Pánico tiempo después, me cito la primera vez a su apartamento y llegué al barrio Niza, apenas nos conocimos la química fue una chimba con él, nos sentamos a tocar y conectamos inmediatamente, Sepultura nos unió al principio, no me dijo nada, pero se le notaba la cara de felicidad cuando me vio tocar, estaba Fabio Nichols también, al otro día me llamaron y me dijeron, usted es el baterista, bienvenido a La Corte.
Ensayamos dos meses los sábados religiosamente, Carlos Núñez era el vocalista y entonces comenzamos a tocar, ahí fue el Crea Rock en donde me presenté en La Media Torta con ellos por primera vez, eso fue en marzo del 95, ese mismo año fue el primer Rock al Parque como en octubre en el parque Olaya, en El Simón Bolívar y en La Media Torta, antes se hacía en esos tres escenarios, después tocamos en Bares como en El Lizard King y otros.
Duré con La Corte año y medio porque trabajar con Javier ya se sentía bien, pero con Fabio era muy complicado, él era solo pepas y yo soy más corazón, yo estudie música y se leer música, pero soy un músico de feeling, chocamos por eso, pero no terminó mal, como te digo armamos Teatro Pánico y con esa banda nos pasó creo yo uno de los episodios más bizarros del rock nacional, algo de leyenda.
Con teatro pánico queríamos hacer algo oscuro, estaba de moda Cradle of Filth, Dimmu Borgir y esas bandas, así que nos fuimos por ese lado, lo loco de eso es que Javier tenía su vaina cristiana, entonces era una contradicción porque la imagen era como de Black Metal , pero la ideología no, entonces a eso lo llamamos Dark Metal, la banda fue muy polémica por su imagen y los escándalos, Lucho Barrera y Andrés Durán nos dedicaron un programa entero, eso nos ayudó mucho, grabamos nuestro disco donde Patrick Mildenberg, no teníamos plata pero un productor ejecutivo nos echó la mano.
Nosotros nos colamos en Rock al Parque del 97, creo que somos la única banda que se ha colado en un Rock al Parque y eso sucedió de la siguiente manera, resulta que Tom Abella tenía un proyecto con Eduardo Garrido que había sido el primer baterista de La Corte, esa banda se llamaba Tal Cual, era una cosa en formación, ellos pasaron dos temas al festival y pasaron, pero la banda no existía como tal, nosotros con Javier teníamos una sala de ensayos que se llamaba Viernes 13 en el barrio Siete de Agosto y allá llegó Tom Abella un día y nos contó la historia, que no podían tocar, que no había banda, entonces que nos regalaban las escarapelas a Teatro Pánico, nosotros sí estábamos hechos una máquina, llevábamos mucho ensayando entonces la idea nos pareció increíble, además todos nuestros temas eran originales, le recibimos las credenciales y nos fuimos para La Media Torta.
Allá llegamos y entonces yo me hice pasar por Eduardo Garrido y Javier se hizo pasar por Tom Abella y entramos, dijimos que éramos Tal Cual, nos tenían un camerino increíble, eso había jamones, quesos, agua, Red Bull, algo genial.
Entonces salimos a tocar y nos anunciaron como Tal Cual y no dijimos nada, el primero y segundo tema lo botamos sin decir nada, la gente si nos miraba raro porque esperaban una banda de Hard Rock y nosotros dándole a nuestra especie de Black Metal, entonces antes de la tercera canción Carlos Núñez el vocalista dijo al micrófono, -Nosotros no somos tal cual, esto fue un error de la organización, nosotros somos Teatro Pánico hijueputaaaaa- y tocamos más duro, esa media torta llena y yo veía en el escenario como todos en la organización se volvieron locos, se hablaban por los radios y nos señalaban ya con las caras de extrañeza y nosotros tocando, nos bajaron el volumen a los dos temas, nos apagaron y en el camerino se armó la hijueputa, nos bajaron a los cinco temas y regresamos al camerino en donde nos estaba esperando Bertha Quintero con todo el mundo, ya en el camerino no había nada de lo que había al principio y nos preguntaron quién era Tom Abella y ahí contamos la verdad, ellos se enojaron muchísimo, nos dijeron que era una falta de respeto, que eso violaba el código y el compromiso y nos echaron como perros de ahí, pero nosotros íbamos felices, eso era rock and roll, eso nunca lo hizo nadie más, ellos ni siquiera conocían las caras de quienes iban a tocar y nosotros tocamos nuestra locura y cuando se dieron cuenta ya era tarde. Con Teatro Pánico tocamos como ocho conciertos más, el disco nunca salió, pero fue una gran banda.”
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