Desde el Museo del Rock Colombiano rechazamos los ataques sin sentido y con ánimo destructivo realizado por los funcionarios de IDARTES. Consideramos al Instituto una verguenza para las prácticas artísticas nacionales.
Reproducimos el artículo publicado en Subterránica con todos los hallazgos de corrupción de esta torcida entidad.
Graves hallazgos de corrupción en Rock al Parque en visita fiscal de la contraloría.
La contraloría de Bogotá realizó una visita fiscal a Idartes, específicamente a los procesos del festival Rock al Parque después de que Subterránica los denunciara y enviara un informe basado en una veeduría ciudadana. Subterránica había sido atacada sin razón por los “contratistas” de Idartes quienes desprestigiaron públicamente a nuestros gestores y al Museo del Rock Colombiano, un emprendimiento que una entidad como Idartes debería haber sido la primera en apoyar, pero están ocupados desviando dineros y realizando contratos a dedo con los amigos.
Después de solicitar una retractación a través de un derecho de petición que fue contestado diciendo que ni “Chucky García”, ni Hugo Ospina, conocidos por estar por años vinculados a la entidad, “No trabajaba en Idartes” y después de solicitar infructuosamente varias entrevistas entre ellas una con la directora de Música del Instituto, Subterránica hizo públicas las denuncias de corrupción las cuales fueron confirmadas por la contraloría en un informe que está publicado en sus archivos y del cuál reproducimos los más graves hallazgos.
Subterránica tiene como misión velar porque el rock colombiano sea una industria fuerte, construir espacios de circulación, difusión y reconocimiento para artistas independientes y es por eso que estamos en oposición a estas entidades que destruyen el rock, desvían fondos y son deshonestas, no es solo Idartes, también esta Sayco, que lleva décadas robando a nombre de la música y algunos emprendimientos que de por sí no son destructivos (O no deberían serlo), como el Bomm o Circulart, sino que trabajan con estas mismas personas que a través de Idartes y otros puestos han estado involucrados en estas acciones y segregan, vetan, amañan y modelan una “supuesta” industria de apoyo en donde se habla solo de dinero y muy poco de música, de hecho, casi ninguno es músico o tiene idea de lo que es la música.
La visita fiscal de la contraloría deja entonces en evidencia que todo lo que se ha dicho es cierto, no sabemos que correcciones irá a tomar Idartes ante esto, pero sabiendo que este es un país corrupto tal vez no suceda nada y es muy posible que en noviembre próximo veamos otro Rock al Parque con el mismo curador y haciendo lo único que saben hacer, agarrar dineros públicos para celebrar contratos amañados, nosotros ya estamos esperando los nuevos insultos en lugar de las disculpas.
Nuestro mensaje para los músicos es que se den cuenta que las denuncian son hechas por que son reales y que al participar de estas “convocatorias” están siendo cómplices de esta deshonestidad, Colombia es el único país del planeta tierra que convirtió al rock en una horda de mendigos desesperados por dinero y que “papá estado” arrodilla y maneja por unos pesos para el almuerzo. Es hora de que el rock colombiano se resignifique y se levante porque talento hay de sobra, le falta es dignidad. El rock debe caminar por sí mismo, no con dinero del gobierno, las bandas deben dejar de ser contratistas del estado.
Y para IDARTES, les recomendamos que en lugar de andar desprestigiando, levantando calumnias e injurias que afectan a los verdaderos gestores independientes del rock en el distrito y sus acciones que no son financiadas por papá estado, hagan una limpieza de sus filas ya que hay demasiada corrupción que han mantenido durante años y sus empleados y “contratistas” distan mucho de tener las competencias requeridas y los estudios necesarios para manejar una empresa así. Hay que respetar las artes y el instituto es una vergüenza para ellas, lo tienen de caja menor de unos cuantos.
Les dejamos los folios con todos los hallazgos de este año ya que en 2018 también habían realizado algunos. Y se quedan cortos ya que la falta de competencias respecto a las artes no permite investigar respecto a contratar bandas de cumbia, Hip Hop, Papayera y otros ritmos folclóricos y hacerlos pasar por rock para pagar contratos a los amigos.
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